De que me vale quererte
si haces todo a tu antojo
si apenas cierro mis ojos
corro el riesgo de perderte
-Ya ese riesgo lo corriste
olvídame, alma mía
fue tanto que me aburriste
que me fui con la María-
Ay de mi, quién lo diría
que ya no puedo tenerte
me dejaste por María
¡Bendita sea mi suerte!
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